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rendimiento deportivo
Un manejo dietético correcto y cuidadoso es fundamental para un buen rendimiento físico, por eso existen numerosos puntos a tener en cuenta a la hora de alimentar a un caballo deportista.
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Caballo obeso: ¿Cómo debo alimentarlo?
Impacto en la salud y el rendimiento del caballo
El sobrepeso y la obesidad se identifican tanto en caballos de ocio como de competición, en diferentes disciplinas ecuestres.
Culturalmente todavía se valora un caballo “redondo”, sin embargo, la obesidad no es del todo deseable y tiene un impacto significativo en la salud y el rendimiento deportivo del caballo.
El exceso de peso es responsable de aumentar la presión sobre los sistemas respiratorio y cardiovascular, además de sobrecargar las estructuras articulares y ligamentosas, predisponiendo al caballo a la aparición de lesiones y al empeoramiento de lesiones preexistentes. Los caballos obesos están aún más predispuestos a desarrollar el Síndrome Metabólico Equino o Laminitis.
La obesidad también es perjudicial para la termorregulación, predisponiendo al caballo al sobrecalentamiento y la deshidratación durante la práctica deportiva, lo que no sólo es perjudicial para su salud, sino que también contribuye a la pérdida de rendimiento. Es bastante común que los animales obesos tengan una menor tolerancia al ejercicio físico.
Cómo identificar y controlar el exceso de peso
El primer punto a considerar debe ser pesar y evaluar la condición corporal del caballo. En los caballos obesos, la pérdida de peso debe ser un objetivo. Para ello debemos actuar sobre la dieta y el ejercicio físico, restringiendo el aporte calórico a través de la dieta y aumentando el gasto calórico mediante el aumento del ejercicio físico.
En general, los caballos en buena forma física ingieren alrededor de 2% de su peso vivo en alimento, considerando forrajes y alimentos complementarios. Cuando sea necesario controlar el peso del caballo, debemos considerar una ingesta de 1,5% del peso vivo del caballo. Este proceso de reducción de la ingesta de alimentos debe ser, al igual que la pérdida de peso, gradual.
En una primera fase se reduce la alimentación concentrada a base de cereales (“ración”), pudiendo incluso eliminarse por completo. Se deben satisfacer los requerimientos de nutrientes, particularmente de lisina (el aminoácido limitante en los caballos), vitaminas y minerales. La elección de alimentos debe ser aquella que aporte estos nutrientes con un bajo valor calórico (“equilibradores”). Alternativamente, el componente forrajero puede complementarse con un suplemento a base de minerales y vitaminas.
BALANCE
MULTIVIT
Dado que habrá una disminución global en la cantidad de alimentos suministrados, se espera una disminución en el tiempo dedicado a comer y masticar. Para minimizar esta disminución y los riesgos asociados (en particular la ulceración gástrica), debemos utilizar estrategias para maximizar el tiempo de ingestión, como por ejemplo poner a disposición el alimento forrajero en redes de malla fina. El forraje también debe pesarse y manejarse según lo estipulado.
para retener:
- Evaluar periódicamente la condición corporal del caballo.
- Pese siempre el alimento que alimenta al caballo (heno y alimento concentrado).
- Adaptar la alimentación aportada a la actividad física que realiza el caballo.
- Considere complementar la alimentación fibrosa con un alimento concentrado de baja densidad calórica y fuente de proteínas, vitaminas y minerales (BALANCE).
- Intente prolongar al máximo el tiempo de ingestión y masticación del caballo.
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Poni deportivo – ¿Cómo debo alimentarlo?
Desde un punto de vista deportivo, un pony es considerado por la FEI como “un caballo pequeño que, medido en superficie plana, no excede de 148 cm de altura sin herraduras o 149 cm debidamente herrado”. Esta definición deportiva es amplia e incluye tanto caballos pequeños como ponis de una raza específica (por ejemplo, el Shetland).
Ignorando las diferencias fenotípicas características de los ponis, ¿qué los diferencia de los caballos desde el punto de vista nutricional?
Aunque el sistema digestivo de un pony es idéntico al de cualquier otro equino, hay algunas particularidades a tener en cuenta. Durante el proceso evolutivo, los ponis se adaptaron para hacer viable su supervivencia en condiciones adversas, es decir, con escasez de recursos alimenticios y alimentos de menor calidad. Por esta razón, los ponis generalmente mantienen una condición corporal adecuada sin mayores recursos alimenticios, y comúnmente se les conoce como guardianes fáciles. Por tanto, una de las principales dificultades a la hora de gestionar la dieta de los ponis es aportarles los nutrientes que necesitan sin que ello suponga una ingesta calórica excesiva, con el consiguiente aumento de peso.
También cabe señalar que los ponis, en comparación con otros caballos, tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas como obesidad, síndrome metabólico y laminitis. La obesidad, a su vez, es causa de sobrecarga articular y pérdida de actuación. Por ello, es especialmente importante establecer un manejo adecuado de la alimentación en ponis y monitorearlo eficientemente a través de la evaluación de la condición corporal.
Reglas generales para la alimentación de los ponis
Al igual que un caballo, un pony debe consumir de 1 a 2% de su peso vivo en forraje y/o alimento diariamente, por ejemplo un pony que pesa alrededor de 200 kg debe consumir alrededor de 4 kg de materia seca, en heno y alimento concentrado. Dado su pronunciado apetito y la restricción calórica necesaria para evitar la obesidad, pesar los alimentos y controlar las porciones administradas es especialmente importante.
El forraje ingerido (heno/hierba) puede no ser suficiente para garantizar una ingesta adecuada de minerales y vitaminas, especialmente en ponis deportivos, por lo que puede ser necesario incluir un alimento compuesto complementario (“ración”) en el manejo alimentario de este poni.
Estos alimentos aportan minerales y vitaminas necesarias, sin embargo, también favorecen el aporte de calorías. Si este suministro es sostenible, considerando la actividad física del pony, se puede utilizar un alimento concentrado regular en cantidad adecuada. En ponis que tienen tendencia a ganar peso excesivamente se recomiendan otras opciones complementarias.
Otras opciones posibles
Podemos utilizar una alimentación equilibradora, que cubra las necesidades de lisina (aminoácido esencial limitante), vitaminas y minerales, con un bajo aporte calórico, reduciendo el riesgo de obesidad. En general, estos alimentos son extremadamente concentrados, por lo que se dan en pequeñas porciones, con un pequeño aporte de carbohidratos no estructurales, lo que los hace seguros para usar incluso en ponis diagnosticados con síndrome metabólico o laminitis.
BALANCE
Otra posibilidad es añadir un suplemento de vitaminas y minerales (“suplemento”) para complementar la dieta de forraje.
MULTIVIT
Una buena sugerencia es utilizar una red de malla fina para suministrar el heno. De esta manera podemos alargar el tiempo de ingestión y masticación, permitiendo al pony exhibir un comportamiento alimentario más cercano a su estado natural, promoviendo así una mayor sensación de saciedad y bienestar gástrico.
para retener:
- Los ponis son propensos a la obesidad, por lo que el control de las porciones y las calorías es especialmente importante.
- En ponis con tendencia al sobrepeso y sometidos a un esfuerzo físico intenso, debemos complementar el heno con un equilibrador o un “suplemento” de minerales y vitaminas.
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Sistema inmunológico – ¿Cómo comer para fortalecerlo?
Una dieta adecuada es clave para mantener a cualquier caballo sano, y el forraje es la parte más importante de su dieta. La fracción restante debe garantizar la cobertura de las necesidades energéticas, proteicas, vitamínicas y minerales de cada caballo en cada fase. Un caballo con un sistema inmunológico sano puede combatir enfermedades, infecciones o lesiones con mayor facilidad y eficacia.
Caballos en trabajo moderado a pesado
Los caballos en trabajo moderado a intenso, o incluso en competición, además de tener mayores necesidades de vitaminas y minerales, también pueden estar bajo el efecto de estrés aumentado debido a la intensidad del trabajo, la exposición a diferentes entornos y los viajes – El estrés Puede tener un impacto significativo y negativo en la capacidad de combatir enfermedades.
Existen numerosos alimentos concentrados específicamente formulados para estos caballos, y generalmente tienen en común un mayor nivel de nutrientes esenciales para el sistema inmunológico. En casos más críticos/específicos, estos alimentos junto con el forraje pueden no ser suficientes, siendo en ocasiones recomendable complementar la dieta del caballo.
vitamina e
La vitamina E y el selenio son excelentes antioxidantes, lo que significa que ayudan a prevenir el daño muscular causado por los radicales libres después del ejercicio intenso. Además de ser un potente antioxidante, el selenio también es esencial para mantener el correcto funcionamiento de la vitamina E. Estudios recientes han demostrado que incluir un suplemento de vitamina E y selenio en la dieta previene los riesgos asociados al estrés oxidativo, promoviendo una mejor inmunidad en animales inmunodeprimidos.
VIT E+
Vitamina A, C y otros nutrientes
La vitamina A (papel importante en el aumento de la función de los glóbulos blancos), la vitamina C (poderoso antioxidante), las proteínas de calidad (reparación de tejidos y producción de enzimas y anticuerpos), entre otros nutrientes, son particularmente importantes para una buena “salud inmunológica”. Por ello, incluir un suplemento multivitamínico en la dieta del caballo puede aportar numerosas ventajas a la hora de combatir y prevenir enfermedades.
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En resumen, la mejor manera de mantener sano el sistema inmunológico de un caballo es asegurar que su dieta sea lo más equilibrada y adecuada posible.
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Estrés por calor: cómo minimizar el impacto en el caballo
Las altas temperaturas, habituales en verano, pueden tener un impacto negativo en el bienestar y el rendimiento del caballo. Conozca los riesgos que corre estrés Las causas térmicas y cómo minimizarlas se vuelven entonces fundamentales.
El caballo genera calor durante los más variados procesos metabólicos, en los procesos de fermentación intestinal, así como en la actividad muscular. La disipación del calor generado y la termorregulación en el caballo se realiza a través de la vasodilatación de los vasos cutáneos, la sudoración y las vías respiratorias, a través de la exhalación. Las condiciones de alta temperatura limitan la disipación de calor a través de la vasodilatación de los vasos cutáneos, mientras que la alta humedad relativa a su vez limita la evaporación del sudor.
En circunstancias donde la disipación del calor no es eficiente, el aumento de la temperatura corporal puede llegar a ser preocupante e incluso resultar fatal. Los caballos sometidos a un entrenamiento intenso o a una competición, deshidratados, con grandes pérdidas de electrolitos (a través del sudor) o incapaces de sudar (que sufren de anhidrosis), son más susceptibles a estrés térmico.
¿Cuáles son los signos de estrés ¿Térmica en el caballo?
O estrés El golpe de calor puede presentarse como sudoración intensa o menos sudoración de lo esperado, aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca, aumento significativo de la temperatura rectal, piel seca y signos de deshidratación, debilidad, depresión, convulsiones y/o muerte.
Cómo prevenir el estrés ¿térmico?
Podemos minimizar la exposición del caballo a altas temperaturas ventilando adecuadamente los establos o, si los caballos se mantienen en condiciones extensivas, proporcionándoles sombra o devolviéndolos al establo durante el día y llevándolos al pasto por la noche.
Se debe evitar trabajar durante períodos de temperaturas más altas. Después del ejercicio físico, se debe dejar que el caballo se enfríe.
¿Puede la nutrición ser un aliado?
La nutrición puede y debe ser un aliado. El caballo debe tener siempre acceso permanente a agua limpia y fresca.
El uso de un alimento con buena digestibilidad, que contenga cereales tratados térmicamente (mediante floculación o extrusión), permite la digestión prececal del almidón (digerido en el intestino delgado), lo que resulta en una menor producción de calor, reservando los procesos de fermentación del intestino grueso para el componente fibroso del alimento.
ALIMENTOS INTACOL
A su vez, la inclusión de sal (cloruro de sodio) en la dieta diaria, o el aporte de sal de roca, permite al caballo cubrir sus necesidades de cloruro y sodio y estimula la ingesta de agua, contribuyendo a su hidratación.
El uso de un alimento complementario que contenga electrolitos que permitan la reposición de las sales perdidas en el sudor (cloruro, sodio, potasio, magnesio y calcio) es particularmente importante en caballos sometidos a intensa actividad y sudoración intensa. La reposición electrolítica es esencial para el equilibrio hidroelectrolítico y para las más diversas funciones fisiológicas, incluida la contracción muscular, contribuyendo a una mayor resistencia a estrés térmica y para un mejor rendimiento.
REHIDRAMAX
Aportar zinc, priorizando una fuente orgánica (un quelato) que garantice su absorción preferencial, también ha demostrado ser beneficioso. Durante el proceso de enfriamiento, la vasodilatación de los vasos de la piel provoca una disminución de la irrigación intestinal. Esta disminución puede comprometer la integridad de la barrera intestinal, provocando un aumento de su permeabilidad con los riesgos inherentes (endotoxemia y problemas asociados, como laminitis).
El aporte de zinc es positivo, debido al efecto protector que promueve sobre el epitelio, contribuyendo a mantener la integridad de la barrera intestinal.
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Antioxidantes: Las principales moléculas utilizadas en la nutrición del caballo
Ya hemos hablado en artículos anteriores sobre las especies reactivas de oxígeno y su potencial nocivo. Estas moléculas pueden causar daños en el ADN, fracciones proteicas y lipídicas, pudiendo afectar a las más diversas células y tejidos del caballo.
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Las sustancias antioxidantes desempeñan un papel protector, previniendo la oxidación y reduciendo los riesgos asociados a ella.
Entre los principales antioxidantes destacan los siguientes:
VITAMINA E
La vitamina E es posiblemente el antioxidante más conocido y más estudiado en los caballos. La vitamina E se refiere a varias moléculas (tocoferoles y tocotrienoles), siendo el más potente y biodisponible el ἀ-tocoferol.
La vitamina E es una molécula liposoluble, capaz de incorporarse a la membrana lipídica de las células, protegiéndolas de los daños asociados a la oxidación. Como el caballo no lo produce, debe aportarse a través de la dieta.
Los requerimientos de esta vitamina son de 1 a 2 Unidades Internacionales (UI) por kilogramo (kg) de peso vivo (pc) (NRC, 2007), lo que corresponde a 500 a 1000 UI en un caballo de 500 kg de peso pc. Algunos investigadores consideran que los requerimientos de vitamina E pueden ser mayores, especialmente en caballos sometidos a actividad física intensa y con dietas con alto contenido en lípidos. En caso de duda, se debe evaluar el nivel sérico de vitamina E y establecer un protocolo de suplementación en función del mismo.
Dado que la vitamina E está presente de forma natural en el pasto, el acceso constante a pastos de buena calidad debería por sí solo garantizar que se satisfagan estas necesidades.
En los caballos estabulados es necesario cubrir sus requerimientos de vitamina E en forma de alimento compuesto, debido a que el procesamiento de la planta y el almacenamiento producen pérdidas importantes de esta vitamina, considerándose su contenido insignificante.
Aunque el consumo excesivo de esta vitamina es bien tolerado, conviene evitarlo ya que puede perjudicar la absorción de otras sustancias (como el betacaroteno).
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VITAMINA C O ÁCIDO ASCÓRBICO
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, ayuda a prevenir el daño oxidativo al capturar los radicales libres. Esta molécula actúa junto con la vitamina E, sin embargo, como el caballo tiene capacidad de síntesis endógena (es decir, ser capaz de producir esta molécula), no existen requerimientos definidos para la inclusión de esta vitamina en la dieta (NRC, 2007).
Además, no existe consenso respecto a la hipótesis de que la suplementación oral resulte en un aumento de los niveles séricos de esta vitamina (algunos autores consideran que su absorción tras la administración oral es pobre, otros cuestionan si provoca una disminución en su síntesis endógena).
La suplementación puede tener sentido en caballos mayores o inmunodeprimidos.
BETACAROTENO
El betacaroteno es un precursor de la vitamina A, una vitamina liposoluble que previene el daño oxidativo a nivel de membrana. Al igual que la vitamina E, es una vitamina abundante en los pastos que sufren el procesamiento y almacenamiento de la planta, por lo que normalmente se agrega a los alimentos compuestos.
SELENIO
El selenio actúa sinérgicamente con la vitamina E, motivo por el cual la mayoría de los suplementos de vitamina E lo incluyen. Este mineral también es esencial para la actividad antioxidante de la enzima glutatión peroxidasa. Cantidades insuficientes de selenio afectan la actividad antioxidante de esta enzima. Sin embargo, deben evitarse los excesos ya que esta sustancia presenta un riesgo importante de toxicidad.
VIT E+
OTRAS SUSTANCIAS
Además de las vitaminas y minerales con propiedades antioxidantes, existen enzimas que realizan la misma función. Estas enzimas también dependen de la presencia de ciertos nutrientes, como el hierro (en el caso de la catalasa), o el cobre, el zinc y el manganeso (en el caso de la superóxido dismutasa). El aporte de estos minerales a través de una dieta correctamente equilibrada contribuye así a una adecuada actividad antioxidante.
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Antioxidantes: su papel en la nutrición del caballo
Afirmaciones comerciales como “alto poder antioxidante” son habituales en los piensos compuestos y “suplementos” que administramos a los caballos. Por lo tanto, es natural que el propietario, jinete o persona responsable de la alimentación del caballo se pregunte qué es el “poder” antioxidante y su importancia en la nutrición equina.
Para comprender la importancia de las moléculas antioxidantes, es necesario comprender qué son las sustancias oxidantes y cómo se comportan.
¿Qué son las sustancias oxidantes?
Son sustancias producidas naturalmente en las más diversas funciones metabólicas, llamadas especies reactivas de oxígeno (ROS) o radicales libres. Ejemplos de ROS son el radical hidroxilo (OH-), el anión superóxido (O2-) y el peróxido de hidrógeno (H2O2).
Aunque son una consecuencia natural de varios procesos moleculares, estas sustancias también tienen potencial nocivo, ya que pueden provocar daños en el ADN, fracciones proteicas y lipídicas, afectando a las más diversas células y tejidos del caballo.
Al aumentar la tasa metabólica, se espera un aumento de estas sustancias en la circulación. Cuando la cantidad de estas moléculas en circulación excede la capacidad reguladora, se produce una alteración en el equilibrio oxidante/antioxidante, que da lugar al llamado estrés oxidativo.
Así, situaciones más exigentes como el estrés, el ejercicio, el transporte, el crecimiento, el embarazo, la lactancia y la enfermedad se asocian a un mayor riesgo de estrés oxidativo.
¿Cuál es el papel de las moléculas antioxidantes?
Las moléculas antioxidantes actúan:
• Inactivación de ROS;
• Inhibir su producción;
• Reparar los daños causados por ellos, en diferentes tejidos y células.
En definitiva, las sustancias antioxidantes desempeñan un papel protector, evitando la oxidación y reduciendo los riesgos asociados a ella.
VIT E+
La nutrición juega un papel importante, ya que a través de esta vía aportamos sustancias antioxidantes y, al mismo tiempo, nutrientes necesarios para las enzimas con propiedades antioxidantes.
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Electrolitos: ¿Qué formulaciones debes elegir y cómo debes complementarlos?
Los caballos con desequilibrios electrolíticos muestran signos tempranos de fatiga, lo que se traduce en una menor resistencia al ejercicio y pérdida de rendimiento.
La pérdida de electrolitos puede incluso comprometer la recuperación de un estado de deshidratación, ya que cuando hay una pérdida de electrolitos junto con la pérdida de agua, la percepción de la necesidad de beber agua (lo que comúnmente llamamos “sed”) puede verse comprometida.
¿Qué tener en cuenta al suplementar con electrolitos?
A la hora de buscar un alimento compuesto complementario (comúnmente conocido como “suplemento”) de electrolitos en el mercado, se deben priorizar las formulaciones cuyo ingrediente principal sea el cloruro de sodio. Otros ingredientes que sean fuentes de potasio, calcio y magnesio también deben formar parte de la composición. El azúcar añadido hace que el producto sea más agradable al paladar, pero no debe tener prioridad en la formulación.
¿Qué precauciones se deben tomar al administrar electrolitos?
El uso de formulaciones de electrolitos debe realizarse según recomendaciones individuales, sin embargo existen buenas prácticas generales a seguir.
Acceso permanente al agua
El agotamiento de electrolitos generalmente va acompañado de pérdida de agua (deshidratación), por lo que la reposición de electrolitos debe ir acompañada de la ingesta de agua. De hecho, uno de los beneficios de esta ingesta de electrolitos será estimular la ingesta de agua.
Administrar suplementación específica
Si se administra un suplemento de electrolitos en el agua, se debe proporcionar un balde adicional de agua sin electrolitos para que el caballo pueda beber agua si no puede tolerar el sabor del agua con electrolitos. Si se administra en los alimentos, debe mezclarse bien para asegurar su ingestión.
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Cuando se espera una sudoración intensa (por ejemplo antes de un evento competitivo), se debe administrar una formulación específica 2 horas antes del evento y aproximadamente 1 hora después del esfuerzo, asegurando el libre acceso al agua en ambas situaciones.
HORSEBOOSTER
Evite la suplementación excesiva de electrolitos
Se debe evitar el exceso de cloruro de sodio, ya que puede interferir con la presión arterial o estimular la producción de moléculas que señalan la excreción renal de sodio (acentuando el desequilibrio).
Además, el uso excesivo de electrolitos puede ser perjudicial para la mucosa oral o gástrica. Se recomienda lavar la boca del caballo, especialmente cuando la administración se realiza por vía oral utilizando una jeringa; y administrar el suplemento cuando el caballo tenga alimento en el estómago.
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Electrolitos: ¿Qué importancia tienen y cuándo debo tomar suplementos?
Una de las principales consecuencias del ejercicio físico para el caballo es la pérdida de líquidos y electrolitos. Estas pérdidas durante el ejercicio pueden limitar el rendimiento del caballo y, en casos extremos, comprometer su salud.
¿Qué importancia tienen los electrolitos?
Los electrolitos son compuestos minerales que juegan un papel importante en la homeostasis del cuerpo. En los caballos (al igual que en otros mamíferos) los líquidos y electrolitos se distribuyen en los compartimentos intracelular y extracelular, cuyo mantenimiento del volumen y la composición es esencial para que se lleven a cabo los diferentes procesos metabólicos fundamentales para la vida.
Los electrolitos, como moléculas ionizadas, son responsables de la osmorregulación. También son fundamentales en el equilibrio ácido-base, en la transmisión de los impulsos nerviosos y en la contracción muscular.
¿Son significativas las pérdidas de electrolitos debido a la sudoración?
Sí, existe la posibilidad de pérdidas significativas de electrolitos y líquidos durante la actividad física, especialmente cuando es intensa, prolongada y/o se realiza en condiciones atmosféricas difíciles (temperaturas y humedad relativa elevadas).
La sudoración es el principal medio de disipación activa del calor en los caballos. Así, el calor generado por la actividad muscular estimula los mecanismos de termorregulación, aumentando la sudoración, lo que produce pérdidas importantes de cloro, sodio y potasio y menores pérdidas de calcio y magnesio (entre otros minerales que pueden identificarse en el sudor y sufren pérdidas mínimas).
Entonces, ¿cuándo debo agregar electrolitos a la dieta de mi caballo?
Un caballo que realiza una actividad física ligera y tiene una dieta adecuada, que incluye forraje de buena calidad en la cantidad necesaria, así como un alimento concentrado equilibrado, ya recibe algunos electrolitos a través de su dieta. Las necesidades de potasio, calcio y magnesio del caballo deben cubrirse desde el principio. El sodio y el cloro aportados por la dieta pueden no ser suficientes para cubrir las necesidades de estos minerales del caballo.
En general, los alimentos concentrados contienen cantidades mínimas de cloruro de sodio (para favorecer la conservación de estos alimentos). Por este motivo se debe poner a disposición del caballo una piedra de sal de libre acceso que permita asegurar el aporte necesario de cloruro de sodio.
También cabe destacar que la ingestión presente en el intestino grueso funciona como un importante reservorio de electrolitos para el caballo sano. Sin embargo, cuando hay pérdidas importantes debido a la sudoración, este reservorio puede no ser suficiente para reemplazar las pérdidas.
Por lo tanto, la suplementación con formulaciones de electrolitos es necesaria en caballos sometidos a una actividad física más significativa y durante transportes largos, particularmente en condiciones climáticas adversas.
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Fatiga – ¿Cómo puede el manejo nutricional ayudar a prevenirla?
La aparición de signos de fatiga es algo que queremos evitar durante la actividad física o la competición. La fatiga tiene un carácter multidimensional, dependiendo de la actividad realizada (intensidad, duración y tipo de actividad), de la preparación física del caballo, del estado fisiológico del caballo y de las condiciones ambientales (temperatura, humedad, altitud y contaminación) a las que está sometido.
La fatiga suele estar asociada a factores como disminución de las reservas de glucógeno muscular, acumulación de subproductos metabólicos y acidificación muscular, pérdida de electrolitos, hipertermia, entre otros.
La nutrición juega un papel importante en el ejercicio al proporcionar las fuentes de energía necesarias para la producción de energía. En general, las fuentes de energía son las grasas y los carbohidratos, utilizados en forma de ácidos grasos y glucosa.
Las actividades predominantemente aeróbicas (larga duración, baja intensidad) utilizan energía principalmente procedente de ácidos grasos, mientras que las actividades anaeróbicas (corta duración, alta intensidad) utilizan predominantemente glucosa. Los caballos al realizar sus actividades utilizan ambas formas de producción de energía, dando predominio a una u otra, dependiendo del tipo de esfuerzo al que se ven sometidos.
Se debe tener cuidado en el manejo de la alimentación para reducir la fatiga en los caballos de competición:
Asegúrese de una hidratación adecuada
Debemos asegurarnos de que el caballo beba agua. Una buena hidratación es esencial para la homeostasis del organismo, así como para una adecuada termorregulación, fundamental para prevenir la fatiga.
Comprueba que el agua no esté demasiado fría en invierno (cuidado con las fuentes automáticas, que pueden no funcionar correctamente) ni demasiado caliente en verano. Proporciona una piedra de sal para estimular la ingesta de agua y/o elige proporcionar electrolitos.
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Debemos saber identificar los signos que indican falta de hidratación, por ejemplo probando el pliegue de piel del hombro, evaluando la humedad de las mucosas, verificando heces secas, entre otros.
Evite las comidas copiosas antes de hacer ejercicio.
Se deben evitar las comidas copiosas (pienso concentrado, heno o combinación de ambos) en las 2 horas previas a la actividad física intensa, ya que se produce una disminución del volumen plasmático tras la ingesta de alimentos. Esta disminución del volumen plasmático se debe a la movilización de líquidos hacia el tracto gastrointestinal, lo que puede comprometer el volumen circulatorio y la termorregulación durante el ejercicio, predisponiendo a la fatiga.
Cabe señalar, sin embargo, que los caballos sometidos a esfuerzos prolongados, como la resistencia, se benefician de la ingesta previa de fibra larga. Estos caballos sufren altas pérdidas de agua y electrolitos a través del sudor y los compartimentos intestinales funcionan como reservorios para reponerlos.
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Priorizar las dietas ricas en fibra
Las dietas ricas en carbohidratos no estructurales (almidón y azúcares), consumidas hasta 3 horas antes del ejercicio, promueven un consumo rápido de carbohidratos y reducen la oxidación de grasas, lo que puede resultar en fatiga prematura en caballos sometidos a esfuerzos prolongados (pruebas de Endurance y Cross Country en Concurso Completo). Por lo tanto, son preferibles los alimentos bajos en almidón y azúcar.
GASTRO PRO
NATURE MASH
La ingesta de dietas con alto contenido en fibra parece ser beneficiosa, tanto en caballos sometidos a esfuerzos cortos e intensos, como en caballos sometidos a esfuerzos prolongados, y además se asocia a una mayor ingesta de agua y, por tanto, a una mejor hidratación.
FIBRAS
Aumentar la incorporación de grasas en la dieta
Las dietas ricas en grasas permiten una mayor concentración de ácidos grasos en la circulación, favoreciendo esta vía energética. De esta forma se favorecen las reservas de glucógeno muscular, lo que parece jugar un papel en la prevención de la fatiga.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que los caballos deben adaptarse a dietas con un alto contenido en grasas. Los estudios muestran que el período mínimo para que comiencen estos cambios adaptativos es de 3 a 5 semanas (siendo de 10 a 12 semanas el período necesario para que la adaptación sea completa).
Asegúrese de que haya una reposición adecuada de electrolitos.
Los caballos sometidos a esfuerzo competitivo invariablemente sufren pérdidas de agua y electrolitos a través del sudor. Los electrolitos son esenciales para mantener el equilibrio ácido-base, la osmorregulación, la transmisión del impulso nervioso y la contracción muscular. Las pérdidas significativas de electrolitos afectan negativamente el rendimiento del caballo, contribuyendo a la fatiga precoz.
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