Actualmente se sabe que la alimentación de la yegua reproductora es un factor preponderante para su fertilidad, así como para la salud y crecimiento del potro. Las necesidades de los criadores difieren de las de los demás caballos, constituyendo así un grupo particular, que requiere cuidados específicos con su alimentación. 

condición corporal 

La evaluación de la condición corporal de las yeguas nos permite estimar la cantidad de reservas corporales que tienen, así como hacer un seguimiento del plan de alimentación establecido, por lo que se debe evaluar periódicamente.

Los estudios demuestran que las puntuaciones de condición corporal medias a altas (puntuación mínima de 5 en la Henneke – Escala del 1 al 9) y el aumento de la condición corporal se traducen en mayores tasas de fertilidad. Dado que estas yeguas reanudan la ciclicidad antes, tienen un menor número de ciclos ovulatorios por concepción, tasas de concepción más altas e intervalos más cortos entre partos.

La condición corporal también condiciona los factores productivos. Las reproductoras con puntuaciones por debajo de 5 no tienen suficientes reservas de grasa para optimizar la producción de leche. Mientras que, a su vez, los puntajes de parto medios a altos tienden a producir más leche, lo que es beneficioso para el crecimiento del potro. 

Necesidades de las yeguas reproductoras

Las reproductoras pueden mantenerse con una alimentación de mantenimiento adecuada y una base forrajera de calidad cuando no están gestantes, o en gestación, hasta el quinto mes de gestación. A partir de ahí, se debe proporcionar una alimentación específica para aumentar el aporte de nutrientes, en particular de proteínas. 

Gestación

A partir del séptimo mes de embarazo, el desarrollo fetal (tejido muscular y óseo) se acentúa, lo que hace que las necesidades aumenten significativamente, especialmente en términos de energía, proteínas y minerales (calcio y fósforo). Durante este periodo, es fundamental aportar alimentos que, además de calcio y fósforo, aporten hierro, zinc, cobre y manganeso. Los requerimientos de vitamina A, al ser más altos, también deben ser satisfechos por el alimento, particularmente si las yeguas no tienen acceso a pastos. 

EPOLDRIN

Los radicales libres pueden afectar múltiples procesos reproductivos, como la maduración de ovocitos, la fertilización y el desarrollo embrionario. Así, la suplementación con sustancias antioxidantes (como la vitamina E y el selenio) también tiene ventajas desde el punto de vista reproductivo.

La suplementación con Vitamina E en las etapas finales de la gestación y la lactancia temprana también beneficia la inmunidad del potro al favorecer la transferencia de la inmunidad pasiva a través del calostro. 

VIT E+

La incorporación de grasa en la dieta puede ser un importante aliado, si es necesario aumentar la energía digestible de la dieta sin aumentar el pienso concentrado. En estos casos se recomienda la incorporación de una fuente de grasa rica en omega 3, y los estudios apuntan a los beneficios de su uso para el crecimiento folicular de la yegua, el desarrollo embrionario y la calidad del calostro. 

Lactancia

Las necesidades siguen aumentando durante la lactancia, por lo que proporcionar un alimento específico es crucial. Si no se respetan estas necesidades aumentadas, la producción de leche puede verse comprometida y, como es de esperar, la condición corporal de la yegua disminuirá, lo que en cierto modo puede perjudicar la siguiente temporada reproductiva.

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En definitiva, conocer las necesidades de las yeguas reproductoras y tener un plan de alimentación bien establecido tiene ventajas reproductivas y productivas para la yegua, contribuyendo al sano crecimiento y desarrollo de los potros.

 

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